Hoy te traigo un tema para chuparse los dedos, bueno, como todo, pero es que este mes es un poco más mágico (y oscuro) que el resto del año. Octubre es el mes donde los colores del otoño comienzan por fin a envolvernos con un aire que comienza a rodearnos de aromas más cálidos y reconfortantes, porque que levante la mano quien no quiera de una vez por todas sacar la rebequita.

Este mes también es el de una de las tradiciones en repostería que más nos gustan. Y es que los buñuelos asaltan de lleno un lugar muy especial en nuestro obrador.

No te voy a negar que Halloween domina la escena de una película repostera que se llena de disfraces y calabazas, aunque en el obrador nos centramos en que lo mejor sabemos hacer: buñuelos. Y es que por mucho que a mí me guste la crema de calabaza, con su zanahoria y su poquito de queso, digo yo que después habrá que tomarse un café acompañado de uno de los dulces más irresistibles de la entrada del otoño, unos buñuelos rellenos.

Ni te muevas porque hoy te voy a contar unas cuantas anécdotas, curiosidades y secretos confesables del producto estrella del mes.

Buñuelos rellenos del obrador Tejeros

Los buñuelos, una tradición que traspasa fronteras y generaciones 

De los buñuelos se cuentan tantas historias, y existen tantas versiones de su origen que ni Netflix sería capaz de aguantar tantas temporadas. Y es que después de siglos, y aunque hoy los relacionamos con octubre, noviembre y el Día de los Muertos, en muchos países este delicado y delicioso dulce, hecho a base de masa frita y espolvoreado con azúcar, tiene infinidad de variaciones en todo el mundo.

Desde México hasta España, cada país, cada cultura, ha puesto su toque único, y con o sin Halloween, este siempre es y será el mes de los buñuelos. Una fusión entre la tradición y lo actual que nos permite disfrutar de lo mejor de ambos mundos: los sabores de siempre, elaborados de forma artesanal junto a los mejores ingredientes, sin olvidar la creatividad y actualidad.

Buñuelos rellenos del obrador Tejeros

¿Cotilleos sobre buñuelos? Sí, los hay y más de una curiosidad

Cuentan que son más antiguos que el hilo negro, y que ya en la Antigua Roma se preparaban una versión de buñuelos a los que llamaban «puñuelos», unas bolas dulces que amasaban con los puños (cualquiera sabe), aunque también se cuenta que la palabra buñuelo proviene del latín «vulgare», coser, por tener una forma parecida a estos pequeños cojines de costura (y ya no sé que decirte).

Aunque lo que sí parece seguro es los que conocemos hoy en día son más parecidos a los que comenzaron a hacerse en la Edad Media, sobre todo en España.

Dicen que el origen de su nombre podría venir de los romanos que hacían unos dulces a los que llamaban “puñuelos”, unas bolas que amasaban con los puños (cualquiera sabe), aunque también se cuenta que la palabra buñuelo proviene del latín “vulgare” o sea, coser, por tener una forma parecida a estos pequeños cojines de costura (yo ya no sé que decirte).

A estas alturas de la historia, el objetivo que buscamos es que sean esponjosos y apetecibles, y que si se llaman “de viento” es que porque su masa al freírse se hincha de tal forma que se queda en un hueco en el interior como si estuviese lleno de aire.

En el obrador Tejeros nada de aire, aquí los hacemos como más nos los pedís, por eso los preparamos rellenos de crema de nata, crema de chocolate o crema, pura delicia en la que piensas que solo vas a comer uno y acabas con varios que ya te da hasta miedo.

La receta perfecta, los secretillos del obrador 

El que hizo el eslogan de la pizza triunfó, aunque no es la única dónde uno de los mejores secretos está en la masa.

La temperatura idónea del aceite, además de la masa, son algunas de las cosas que más cuidamos en el obrador, una selección de los mejores ingredientes entre las manos de nuestras reposteras y reposteros, hasta dar con el punto exacto en el  que la masa convierte a cada uno de los buñuelos en bocados dorados perfectos.

Buñuelos del obrador Tejeros

Después de esto, presentar un plato de buñuelos rellenos de crema de nata o crema de chocolate, espolvoreados con azúcar, hacen cualquier momento único.

Los buñuelos, algo más que un postre con mucha cultura popular 

A lo largo de los años, los buñuelos han formado parte de muchas tradiciones y leyendas. En Andalucía o Madrid es común comer buñuelos en la festividad de Todos los Santos, el 1 de noviembre, una fecha muy cercana a Halloween.

¿Te cuento otra cosa? Se rumorea que comer buñuelos durante estas fechas trae buena suerte y es una forma de honrar y recordar a quienes ya no están, tal vez por eso en México, durante el Día de Muertos, ofrecen buñuelos en los altares dedicados a los difuntos, incluso en algunos lugares rompen el plato dónde se sirven después de comerlos, como símbolo de fortuna.

Con decoración de Halloween o sin ella, aprovechar el mes de octubre para disfrutar de unos buñuelos recién hechos son de las mejores ideas, porque este tradicional dulce de otoño une generaciones y culturas.

En el obrador Tejeros nos encanta celebrar la llegada del otoño con buñuelos, y es que no existe competencia a este delicioso bocado, tierno y apetecible que siempre acaba por volver a llevarnos a la cocina bien hecha, a la de la calidez del hogar, al buen hacer de nuestras tradiciones.

Puedes encontrar nuestros buñuelos en confiterías especializadas en productos Tejeros o en nuestro obrador en horario de:

9 de la mañana a 7 de la tarde, sin interrupción

De lunes a viernes

Para cualquier información: info@tejeros.es